2.9.06

MÁSCARAS

No me quería perder la exposición Picasso, l'home de les mil màscares en el Museo Barbier-Mueller (acaba mañana) y he ido esta mañana. El día era nublado y bochornoso. La calle Montcada estaba invadida por una cola interminable de turistas que esperaban para entrar en el museo Picasso. En el Barbier-Mueller, nadie. Absolutamente nadie. Las salas vacías para mí. He disfrutado intensamente de las extrañas, inquietantes y bellas máscaras de todas las épocas y continentes acompañadas de cuadros, cerámicas y esculturas de Picasso, un viaje muy interesante y que me ha suscitado algunas reflexiones:
La máscara no es un disfraz, sino la esencia de lo que somos: la cara, el alma, los mínimos rasgos que nos definen, los huecos de los ojos y la boca, la visión, la palabra, lo humano.
Puede ser también disfraz, pero que no oculta sino que transparenta. En la máscara se refleja amplificado lo que hay detrás, pero lo que hay 'de verdad' dentro de ojos, boca y humanidad. Así aparece lo monstruoso y complejo, o lo sencillo y angelical.
La máscara forma parte de un ritual muy antiguo, pero que al mismo tiempo no tiene edad ni caducidad, y que se reproduce siempre, y que es transformarse en otro y poseer al otro, o ser poseído por otro y convertirse en él.

La máscara puede ser aterradora, pero también pura caricatura. No es extraño que sedujese a Picasso...

Ilustración: Máscara frontal, República Democrática del Congo, Kasai Oriental, pueblo luluwa (del catálogo de la exposición, un verdadero lujo con unas fotografías espléndidas y textos muy cuidados).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si algo desconcierta al hombre es saberse uno, y saber de otro que también es uno y se sabe uno, ?diferente al uno que soy yo??

La discontinuidad del ser humano, es la que nos hace individuo, nos protege de la otredad, es en ella donde lo onfálico triunfa sobre lo remoto y por ende sobre lo ignoto; no obstante, también tiene su faceta perversa? El individuo como tal está sólo y condenado a la cárcel de su unicidad.

¿Qué mejor sueño que el de Segismundo?, el de escapar, el de ser otro?

La máscara es a un tiempo disfraz y esencia de lo que no somos? Abstracción de aquello que de común tenemos quienes no tenemos nada en común. Afán de no ser lo que se es para llegar a ser lo que no se es, uno en todos, el ser intercambiable, el que todo lo sabe y puede, porque puede ser tomado por cualquiera?Es decir, pura impostura.

Perdone por la intromisión, señorita del ganso? y por la discrepancia, aunque ésta, al fin y al cabo, no es más que otra manera de esta de acuerdo.

Alguien que anda por ahí

PD No olvidemos que el anonimato también es una especie de máscara... y quien de él se sirve no es más que un impostor

Anónimo dijo...

Querido usuario anónimo:
Perdóneme usted, señor enmascarado (o enmascarada) pero no veo la discrepancia por ninguna parte. En mis modestas reflexiones yo aseguraba que la máscara no es un disfraz, sino la esencia o resumen de lo que todos tenemos de humano, pero sí es un disfraz, porque nos permite esa impostura de la que usted tan bien habla (ser otro, ser uno mismo, ser todos a la vez). No decía que no pudiera ser un disfraz, sino que podía no serlo... Todo eso para intentar explicar a mi manera, más literaria que filosófica o antropológica, desde luego, lo que acababa de ver en la exposición y me dio por pensar al contemplar las máscaras junto a las obras de Picasso: que a Picasso lo que le interesaba de las máscaras no eran sólo sus posibilidades plásticas (que también) sino precisamente esa capacidad de resumir lo humano y de convertir un rostro en algo intercambiable: es decir, no lo que oculta la máscara, sino precisamente lo que desvela...
Seguro que mi conclusión es muy obvia, no me hago ilusiones, pero como diletante, estos pequeños, insignificantes triunfos del orden sobre el caos de información que a veces nos asfixia me consuelan como un puñado de grano a un ganso hambriento.
Así que ya ve, señor mío (o señora mía), no estoy de acuerdo en que no estemos de acuerdo. Ah, y espero verle más por aquí, con o sin máscara: puede usted entrometerse, no faltaba más (el ganso no es un interesado y no sólo se mueve por la pitanza... también por la curiosidad).