20.9.06

MIEDOS: LA ESPERANZA (3)


















A veces sales a la calle y lo entiendes. Entiendes la pasión sin sentido del flâneur, esa emoción ilimitada que mueve los pasos del paseante sin rumbo fijo, de calle en calle, de aquí para allá, y luego un poco más lejos, y un poco más, y un poco más... Una extraña euforia se apodera de ti, aunque las calles son las mismas de siempre y los turistas siguen ocupando las aceras y las Ramblas, pobladas de estatuas vivientes, sonidos, colores y estrépitos, abrasadas por el inclemente sol veraniego, siguen siendo, como siempre, un tránsito agobiante, un vía crucis del paseo ocioso, un lugar tan vivo que la vida ya no tiene cabida en él. Pero a pesar de todo, la extraña euforia se apodera de ti y respiras hondo, y te dejas arrastrar por la marea humana, y al levantar la vista hacia los árboles ves las hojas ya algo castigadas por el calor, ya a punto de amarillear otra vez, y comprendes que el ciclo se repite también ahí, inmutable. Nunca es lo mismo y siempre es lo mismo. Otra vez se acerca el otoño.

Sean Scully, Curaçao, 1997.

No hay comentarios: