25.8.09

LA REPÚBLICA DE LA CONCIENCIA

















Cuando aterricé en la república de la conciencia
todo quedó en silencio al detenerse los motores
y se oyó un zarapito arriba, muy por encima de la pista de aterrizaje.

En inmigración, un funcionario muy viejo
que sacó una cartera de su chaqueta tejida a mano,
me enseñó una foto de mi abuelo.

La mujer de la aduana me pidió que declarara
las palabras de los antiguos remedios y ensalmos
para curar la mudez y evitar el mal de ojo.

No había mozos. Ni intérpretes. Ni taxi.
Tú debías llevar tus propios bultos y muy pronto
los síntomas de tus solapados privilegios desaparecían.

Seamus Heaney, "Desde la república de la conciencia", de La linterna del espino (1987) (La traducción es mía).
Imre Kinszki, Sin título (El puente y la niebla), (c. 1930)

12.8.09

SI TU, SI YO

















si yo Te amo
(se adensan
mundos habitados por errantes
severas lucientes hadas

si tú me
amas) distancia es mente delicadamente
encendida de gnomos incontables
Del total sueño

si nos amamos uno (con timidez)
a otro, lo que nubes hacen o Silenciosas
Flores raya en belleza
menor a nuestro aliento


Poema de e.e.cummings, traducción de Alfonso Canales

6.8.09

FELICIDAD PORTÁTIL











Risas etílicas pasan junto a mi ventana incesantemente. Pasan y hablan los trasnochadores, y sus voces estridentes cuentan una historia de felicidad falsa y atolondrada, felicidad momentánea de vaso y botella. Esa felicidad portátil, sin embargo, ese atisbo de paraíso entre dos charcos y una vejiga oprimida, puede bastar a veces. ¿Por qué no? ¿Por qué va a ser menos legítima esa felicidad que la de otros que se creen seguros, que se creen normales? ¿Por qué va a ser menos legítima que otras felicidades algo rancias de jersey de cachemir y pantufla, esa felicidad de televisor de plasma, de roscón de Reyes, de coche nuevo, de tarta nupcial, de decoración de todo a cien, de viernes por la tarde, de fin de hipoteca, de café con leche y pastas, de álbum familiar, de balance de resultados, de órgano y catedral, de restaurante con camareros de pajarita, de salida de la peluquería, de perro meneando el rabo, de gato ronroneando, de toda la vida...?

Sonia Delaunay, Le Bal Bullier, 1913.