28.3.06

LUNES AL SOL (COSTA BRAVA)

Interminablemente, mar
supe de ti: gaviotas a lo lejos
se volvían espuma, y ella misma
era una larga línea donde alcanzan los ojos: unidad. Y en el agua
van y vienen tritones y quimeras, pero es más fácil
decir que vivo en ellas y que mi historia
se relata en su pálido lenguaje.




Fragmento de "Primera visión de marzo", de Arde el mar, Pere Gimferrer

23.3.06

HABRÍA QUE ESPERAR



"...¡los versos significan tan poco cuando se han escrito joven! Se debería esperar y saquear toda una vida, a ser posible una larga vida; y después, por fin, más tarde, quizá se sabrían escribir las diez líneas que serían buenas. Pues los versos no son, como creen algunos, sentimientos (se tienen siempre demasiado pronto), son experiencias. Para escribir un solo verso es necesario haber visto muchas ciudades, hombres y cosas; hace falta conocer a los animales, hay que sentir cómo vuelan los pájaros y saber qué movimiento hacen las florecitas al abrirse por la mañana. Es necesario poder pensar en caminos de regiones desconocidas, en encuentros inesperados, en despedidas que hacía tiempo se veían llegar; en días de infancia cuyo misterio no está aún aclarado; en los padres a los que se mortificaba cuando traían una alegría que no se comprendía (era una alegría para otro); en enfermedades de infancia que comienzan tan singularmente, con tan profundas y graves transformaciones; en días pasados en las habitaciones tranquilas y recogidas, en mañanas al borde del mar, en la mar misma, en mares, en noches de viaje que temblaban muy alto y volaban con todas las estrellas -y no es suficiente incluso saber pensar en todo esto. Es necesario tener recuerdos de muchas noches de amor, en las que ninguna se parece a la otra, de gritos de parturientas, y de leves, blancas, durmientes paridas, que se cierran. Es necesario aún haber estado al lado de los moribundos, haber permanecido sentado junto a los muertos, en la habitación, con la ventana abierta y los ruidos que vienen a golpes. Y tampoco basta tener recuerdos. Es necesario saber olvidarlos cuando son muchos, y hay que tener la paciencia de esperar que vuelvan. Pues, los recuerdos mismos, no son aún esto. Hasta que no se convierten en nosotros, sangre, mirada, gesto, cuando ya no tienen nombre y no se les distingue de nosotros mismos, hasta entonces no puede suceder que en una hora muy rara, del centro de ellos se eleve la primera palabra de un verso."

Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, Rainer María Rilke, traducción de Francisco Ayala, Losada, Buenos Aires - Madrid, 2003.

15.3.06

LIKE BOXERS










like boxers
find nobility in violence
and no ability to see sense
like boxers
blinkered and bare breasted pugilism
how we all try to keep the fighter within
like boxers

looked for safety in a clinch

and they were bruised but unflinching
like boxers
sweet anticipation of the landing of the first blow
and how much better is the devil you know
like boxers

from tattered lip a little blood spurt
you always love the ones you hurt
though they were hanging on the ropes
they weren?t about to give up hope
like boxers

falling and counting
like boxers

"Boxers", en Once Upon a Little Time, John Parish, Thrill Jockey Records, 2005.

14.3.06

CIELOS

Montmajor














Graugés
















Emprius (anocheciendo)












Emprius (viendo pasar las nubes)

8.3.06

NADA HUMANO ME ES AJENO

Todas las posibilidades, por ridículas o fantasiosas que parezcan, me conmueven. Todas las vidas posibles se hermanan con la mía en ese borde borroso entre la realidad y la tragedia, o entre el hastío y la épica. A todas les imagino ribetes heroicos, tiernos, humanos.
Oigo jazz y pienso en calor visceral, casi animal, en esas vidas nocturnas y alcohólicas suspendidas entre nubes de humo, colgadas del gemido afónico del saxofón. Recuerdo a los adoradores del hacha de doble filo y con ser tan lejanos y tan desconocidos, también me conmueven sus sustos secretos, sus olvidadas ceremonias, su disposición hacia el amor y la muerte encerrada en las astas de un toro.
Otros mundos. Otras vidas. Los emigrantes en la isla de Ellis, antes de entrar en Nueva York. Los marinos de aquellos primeros barcos de los mares del sur, cuando las provisiones empezaban a escasear. Titiriteros y juglares rondando por los caminos del Medievo, y sobre todo por algunas películas antiguas de Bergman. El tenor de segunda categoría justo antes de iniciar el aria decisiva. Un mundo de abuelos y primos, de pastelerías y muñequitos de azúcar colgando de las palmas y palmones en aquellos domingos de Ramos, sol de marzo en los brazos desnudos, calcetines cortos.
Carcasona resistiendo heroicamente al sitio de Carlomagno. Los pobres extras de las películas de kung-fu, obligados a morir y resucitar incesantemente, una y otra vez, para volver a caer fulminados por las feroces patadas del héroe.
Los últimos esquimales (inuit, se llaman a sí mismos), que ya sólo hacen iglús para los turistas, en sus casas con calefacción y antena parabólica. Los primeros santos cristianos, aquellos ancianos y adolescentes enfervorizados que se dejaban asar, rasgar con garfios, mutilar y devorar por las fieras, y entre tanto cantaban. Los niños africanos recortando latas de refresco, retorciéndolas, dándoles forma, convirtiéndolas en fantásticos aviones, bicicletas, coches... Los amantes clandestinos citados en un café. La multitud dando vueltas incesantemente en torno a la enorme piedra negra. El bebé que se tapa la cara y desaparece y se ríe una y otra vez, una y otra vez, incansable, de la misma broma. Las muchachas que ven la vida pasar ocultas detrás de una celosía en la judería de Toledo, en el harén de la sublime puerta, en el trascoro de un convento de clausura...

2.3.06

DE LIBROS



Michael Allen es escritor, autor de teatro y editor. Vive en Wiltshire (Gran Bretaña) y escribe un blog que se llama Grumpy Old Bookman. Está dirigido a todas las personas relacionadas con el mundo del libro:autores, lectores, editores... El blog está lleno de anécdotas, consejos, críticas, noticias y opiniones, rebosantes de sentido del humor muy british, irónico y desternillante. Me he convertido en adicta a los comentarios del viejo gruñón, y los recomiendo a todo el mundo.