13.9.06

HOMENAJE A COROT


Al crítico Peter Campbell, en su artículo del London Review of Books, le sorprende que se pueda contemplar a Corot con "intensidad". Lo define como un pintor "de factura pulcra y frugal", y bromea con bastante sorna sobre el homenaje que le rinde Hodgkin, que le parece "el húmedo acercamiento de un perro amistoso a un visitante reservado."
Muchos críticos de otras épocas emparentaron a Corot con el neoclasicismo y alabaron sus paisajes ideales, arcádicos, algo relamidos incluso, si se quiere. Tuvo mucho éxito en los salones de su época. Se le consideró un precursor del
impresionismo. Se comparó su influencia nada menos que a la de Cézanne. Fue admirado por muchos pintores nada mediocres, incluido Cézanne y llegando hasta Picasso. Sin embargo, muchos críticos modernos no entienden ese interés y ese entusiasmo.
Hodgkin, en eso, resulta especial. También a él hay quien lo considera un pintor "decorativista", quizá por el reducido tamaño y el vivo colorido de sus obras (claro, es verdad, las obras de Hodgkin quedarían muy bien encima de cualquier chimenea...) Se interesan más por él algunos escritores que los propios pintores...
Pero no sé, siempre tengo la sensación de que detrás de la frugalidad de Corot se esconde algo más, algo que no sabría definir. Y después de ver la exposición retrospectiva de Hodgkin en Londres (que, por cierto, viajará al MNCARS de Madrid próximamente, por si a alguien le interesa) tengo la certeza de que las obras
de Hodgkin no son, ni mucho menos, cuadros bonitos para encima de las chimeneas.

Jean-Baptiste Camille Corot, El tronco inclinado.
Howard Hodgkin, Homenaje a Corot.

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