26.3.08

EL CÍRCULO DE TIZA

La primera parte transcurría un poco aburrida, a pesar del derroche de efectos escenográficos y musicales: sombras chinescas, orquestas, marionetas, bambú, ríos de tela, banderolas que se volvían rojas de repente cuando irrumpía la guerra, mil personajes que se disfrazaban, iban y venían... Pero luego llegaba la segunda parte y entraba en escena Anna Lizaran metida en la piel irreverente del juez Azdak. De repente el escenario cobraba vida y entraba a raudales la pasión, la emoción, la risa, el llanto. Marta Marco crecía de estatura, rabiosa y conmovedora, y las dos actrices nos regalaban un duelo fenomenal, apasionante, en torno a un círculo de tiza. La Lizaran es un verdadero monstruo, excesiva, sardónica, tierna, sabia... Ojalá, de verdad, que no se retire nunca.

El cercle de guix caucasià, Bertolt Brecht, Teatre Nacional de Catalunya, del 14.02 al 6.04 de 2008.

22.3.08

AMAR LA VIDA


"Hace falta olvidar que se puede perder toda esperanza. Hay que ser ligero. Es una gran virtud religiosa. Ser ligero. Amar la vida."
(Christian Boltanski en una entrevista de Fietta Jarque publicada hoy en "Babelia", suplemento cultural de El País).


The storehouse, Christian Boltanski, 1988 (en el MoMA).

20.3.08

ROJO Y ORIENTAL

Una exposición muy interesante, que me sorprendió gratamente. Recoge obras de más de 50 artistas chinos, obras pertenecientes al coleccionista Uli Sigg y realizadas desde 1986 hasta ahora. Los temas: la figura de Mao, el choque entre pasado y presente, tradición e innovación, la individualidad y la colectividad, el arte clásico, sus temas, materiales y técnicas y su traslación al presente, la modernidad, la visión tópica de occidente y oriente... Todo entraba dentro de lo esperable en los artistas chinos contemporáneos, pero lo que más sorprendía era el omnipresente sentido del humor. Desde una suave ironía hasta la mordacidad más sangrante, las obras expuestas derrochan frescura e ingenio, y en algunos casos incluso mala leche.


Vermell a part, Art contemporani xinès de la Col.lecció Sigg, Fundació Miró, del 21 de febrero al 25 de mayo de 2008.

Urna de la dinastía Han con el logo de Coca-Cola, Ai Weiwei, 1995.

14.3.08

HOGUERAS





















Entonces, entre los ruidos perturbadores de la noche, lo que oí
ciñó mi piel con una oscuridad antigua.
Yo me encontraba en un poblado cuyas hogueras parpadeaban en mi cabeza

con lenguas de un habla que ya no comprendía,
pero donde mi carne no tenía que ser traducida;
entonces volvía a oír el dialecto y mis oídos se destapaban.


La bahía estaba oscura a la luz de las estrellas. El hedor de la playa
bordeado por un ruido blanco. La luz del faro
giraba por encima de los árboles y saltaba lo que no podía alcanzar.

Las frondas azotaban los bungalows iluminados,
y una ola enorme se curvó con un sonido como la tela desgarrada
rasgada por la costura, un sonido que hacía mamá al coser


cuando, enfadada, deshacía las puntadas con la boca.
Al cerrar la puerta oí el ruido del oleaje retrocediendo
lejos hacia el mar, desde todas las ventanas, una por una.


Y sin embargo en las habitaciones había un movimiento neblinoso
encima de la sábana tensa todavía fragante de la plancha
y vi, ampliada por la lámpara, una mariposilla temblorosa.


Derek Walcott, Omeros (fragmento). La traducción es mía.
Clyfford Still, Sin título, 1964.

10.3.08

MALOS DÍAS, MALAS NOCHES

Se acerca la primavera, amenaza con su cargamento de polen implacable. Hay ceremonias sociales que deberían ser alegres, inicios esperanzados, y sin embargo dejan el regusto amargo de lo que carece de sentido, por muy ensayado y muy preparado que esté. Los libros se quedan a medio leer (ha resultado imposible Un pedigree de Patrick Modiano). No country for old men es una película fea, desagradable y, lo que es peor, aburrida. Patchagonia de Lisi Estaràs y Les Ballets C. de la B. fue un espectáculo espantoso, un fiasco.

Al menos no ha ganado el PP, pero aunque ya estoy acostumbrada a que mi voto sea inútil y se pierda entre la enorme maquinaria trituradora de los dos bloques, esta vez ha dolido especialmente constatarlo...


Francisco de Goya, Mala noche (nº 36 de la serie "Los Caprichos"), 1799.

5.3.08

MADRID 2008 (ARQUITECTURAS)