18.4.07

NO ME DIGAS NADA

En la retrospectiva de Carlos Pazos en el MACBA vemos: cajas y cajitas, esa recopilación de pequeños objetos domésticos entre el naif y el kitsch, objet trouvé dadá, infancia perversa y nostalgia de cabaret, poemas visuales casi brossianos pero con demasiados cristales rotos para despertar la sonrisa. Los “trástulos” son como ventanas ciegas a un patio interior donde huele a desencanto, en los collages abunda el pellejo falso, el peluche arrancado, la lentejuela suelta, el muñeco diabólico, el juguete roto... Un mundo de simulaciones y fingimiento en las fotos y postales, un mundo rosa chicle, colecciones espantosas de micky mouses, de jarrones imposibles, de objetos imposibles...
El artista es un rebuscador, un hurgador en los montones de la basura de lo marginal. Sus acciones son teatrales y en ellas también abunda lo falso, el peluche, el disfraz. Aprovecha ese azar patético y maravilloso de los objetos desportillados en rastros y encantes, esa disposición casi mágica con que se ordenan casi solos, y luego les pone el título, etiqueta dramática que les da un sentido horrible y banal al mismo tiempo.
No puedo decir que me interese (¿demasiado narcisismo, demasiada demasía?), pero debo reconocer que es un mundo coherente y que tiene su morbo.


Carlos Pazos: No em diguis res, MACBA, Barcelona, hasta el 6.5.07

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