27.5.06

EL PARAÍSO PERDIDO

Hace dos años pasamos por el cabo de Gata. Una maravillosa extensión vacía y desértica, mar y cielo purísimos, vírgenes, y en medio un inmundo bocado, una obscena herida que tenía el nombre de Hotel Algarrobico. Una punzada de dolor te encogía el corazón, porque pensabas, fatalista, que aquello no tenía remedio, que los permisos estaban dados, los cimientos hechos, el hotel a medio construir, el paraíso hollado y destrozado y roto para siempre. Y ahora de pronto una noticia increíble te produce una inmensa alegría: van a demoler ese engendro, esa monstruosidad que jamás se debió permitir, y ya no se llenará esa playa solitaria de coches y guiris como gambas y chiringuitos y músicas ratoneras, y sólo la poblarán, como antes, como siempre desde el principio de los tiempos, chumberas y retamas...
Pero ay, la felicidad no puede ser completa. Otro dolor te asalta entonces porque van a construir unas pistas de esquí en la Vall Fosca, que tanto conoces, que amabas tal y como era, un paraíso casi vacío, casi ignorado, remoto y virgen. Y nada menos que en Filià, aquel paraje silvestre de belleza intacta, aquel lugar maravilloso, sin hollar desde el principio de los tiempos, tan solitario y tan silencioso que sobrecogía. Y temes que eso sí que no tenga remedio. Que nadie lo detenga. Allí están ya los permisos dados, y empiezan a poner los cimientos de los chalets y los apartamentos, y los parajes vírgenes se llenarán de coches y de gritos y de esquiadores domingueros y de músicas ratoneras...

No hay comentarios: