19.10.08

GISELLE

La apuesta del ADT era muy arriesgada y artísticamente ambiciosa. La transformación del ballet clásico “Giselle” en G, una obra moderna, neurótica y radical, era realmente atrevida. La música histérica, sin concesiones, una escenografía impactante como de “cinta continua”, con un uso espectacular del color, la técnica impecable y acrobática de los bailarines... Todo era realmente interesante, realmente bueno, cargado de intensidad, sin frialdad alguna. Sin embargo me pareció que no era capaz de provocar la emoción en el público, que se quedó algo frío. Me he preguntado por qué y no sé qué pensar. Aunque prefiero otro tipo de danza, el espectáculo me gustó mucho. Pero debo reconocer que no me “entusiasmó”. La conexión total no se produjo. Asombro, perplejidad, interés, sí, pero entusiasmo no.


G, Australian Dance Theatre. Mercat de les Flors, 16 de octubre.




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