13.12.07

CASADECOR

Este año el escenario de Casadecor era la antigua fábrica de Fabra i Coats en Sant Andreu, un espacio enorme, de techos inmensamente altos y grandes ventanales que ha permitido a los decoradores dejar volar la imaginación. Del conjunto, mucho mejor de lo que recuerdo en los últimos años, destaco sobre todo la espectacular bañera de acero en la que se podía nadar, la instalación de madera y lona de la entrada, también espectacular, como un móvil de Leonardo (de Sandra Tarruella e Isabel López), la ducha que te permitía pasear bajo la “lluvia”, los originales espacios chill-out, el salón “Somni de mel”, con la idea de la colmena como leitmotiv (del equipo de Xavier Cruz), el enorme comedor con pintura en los platos, el relajante espacio en infinitos tonos de gris de Joan Lao, una blanquísima “Carpa Cristal” de Toni Seguí situada en el jardín exterior, y sobre todo los originales muebles de Piet Hein Eek hechos a base de maderas recicladas.
Me pregunto por qué me interesa tanto el interiorismo, algo tan alejado de la vida cotidiana de la mayoría de la gente, tan insoportablemente pijo, tan banal si se quiere. Algo tan cambiante y tan poco racional como la moda, tan sometido como ella a los vaivenes comerciales y al consumismo más insostenible. Y no sé qué decirme. Empecé a asistir a Casadecor para coger ideas para mi nueva casa, hace ocho años. Ahora se ha convertido en una costumbre, igual que comprar revistas extranjeras de decoración. No sé. Quizá sea esa vertiente teatral, de “escenografía” lo que me atrae. También la arquitectura me interesa desde que vinimos a la casa nueva. Creo que los espacios donde vivimos, sus volúmenes, sus formas y sus disposiciones, los objetos que los llenan, las luces que los iluminan, no son banales. Por el contrario, son muy importantes...
(Aquí y aquí se pueden ver dos galerías de fotos bastante completas).

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