7.10.07

EXPOS

Tres exposiciones, dos artistas. Por un lado, en la galería Carles Taché, Liliane Tomasko (artista nacida en Zurich) presenta óleos, dos litografías y una colección de acuarelas con el tema común de interiores fragmentarios en los que sólo vemos mantas apiladas, alféizares, ropa de cama, camas deshechas... El tratamiento es muy atento a la pincelada y a la luz tamizada por las ventanas, con influencias de los Nabis, Morandi (según el catálogo) y de los interiores flamencos y los ropajes barrocos.

Mientras tanto, en las galerías Senda y Eude presentan óleos y aguafuertes respectivamente del artista catalán Joaquim Chancho, obras abstractas, geométricas e incisivas, llenas de zigzags. Señales, caminos, arquitecturas (¿quizás, como Palazuelo, la tierra vista desde el aire? Por cierto: Pablo Palazuelo acaba de morir. Sirva esto como homenaje a su memoria). Resultaría muy fácil contraponer la pintura intimista y “femenina” de la Tomasko a la expansiva y “masculina” de Joaquim Chancho. Pero aunque es cierto que los dos pintores tienen una idea muy distinta del espacio pictórico, resultaría demasiado simplista esa oposición de lo interior, íntimo y suave a lo exterior, geométrico y agresivo. No nos quedemos con lo tópico. En los edredones y mantas de rayas apiladas de Liliane Tomasko hay algo vagamente inquietante que nos podría conducir al interior no como remanso ni como refugio sino como “celda”... En las aristas de Joaquim Chancho hay algo jueguetón e infantil, como las rayas que un niño marca con un palo en el barro... Toda moneda tiene dos caras.

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