2.2.07

VILANOS


El barro, y no el oro, es la materia que en realidad nos sustenta, o que sustenta nuestros sueños y nuestro pasado, que es como decir a nosotros mismos.
Cosas nimias, importantes.
Tela de Penélope, que avanza durante el día y mengua durante la noche; tela de Aracné, que atrapa en su trampa mortal nuestros deseos. Telas rotas o rasgadas como heridas: sangre de hilos, los bordes convertidos en flecos, pestañas, patitas de araña. El terciopelo con su brillo marchito, brocado ennegrecido por humo de fogatas, jirones de tul, jirones de seda.
Cosas nimias, importantes.
Entre las vigas antiguas ha anidado un pajarillo, sólo el mínimo excremento señala el lugar y un plumón blanco, leve, que la brisa lleva hacia el rincón de los insectos. Esa bolisa de polvo, ese vilano al viento, esos élitros sueltos, son indicios de las ligaduras que nos atan a la vida con la misma intensidad que la roca o el hierro.
De qué materiales estamos hechos nosotros, nuestros sueños, nuestro tiempo perdido; creo que, en definitiva, de eso se trata.

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