8.4.09

SED DE CONCIERTOS

El norte

Subir por encima de la Diagonal es un largo viaje, y no me refiero a la distancia física. Hacía tiempo que no veíamos esa ropa, esos colores pastel, esos cortes de pelo, esas gafitas, esas actitudes. Nuestro barrio atestado de turistas sigue siendo un pequeño paraíso, pese a todo.
La sala Be Cool no merece el nombre de “sala de conciertos”, ni siquiera en formato mínimo, el sonido es malo y la visibilidad nula, pero allí estuvo Françoiz Breut, guapísima con su moño italiano, sugerente y tierna como siempre, presentando su nuevo disco, À l'aveuglette, y todo se dio por bien empleado.

El sur
No podía haber más diferencias. Aparte de la sala (la 2 de Apolo es una sala estupenda y situada en “este lado” del mundo) las dos cantantes eran como la noche y el día. Después de la joven, dulce y sensual Françoiz, Gitane Demone, la musa americana del gótico, una superviviente bastante castigada, con su camisón ensangrentado a lo “bloody bride”, su delgadez extrema y su “rock oscuro fronterizo”. Los dos guitarristas y la joven batería podían ser sus hijos (luego resultó que sí, que la batería era la hija). Sin embargo, quien tuvo retuvo. Lo que podía haber sido un ejercicio de nostalgia patético se convirtió en un auténtico espectáculo, un viaje perfectamente escenificado y comentado por todas las etapas del amor (un amor romántico, fatídico y negro, muy negro) con su voz desgarrada, entre el blues y el cabaret.

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