23.4.08

COSECHA DE ABRIL

Ayer el editor Jorge Herralde decía en “El País”: “Sant Jordi ha muerto de éxito”. Y qué razón tiene, aunque yo sustituiría “Sant Jordi” directamente por “Barcelona”, así, en general, y la frase seguiría siendo válida. Sí, ya es imposible hacer cualquier cosa en Barcelona. Sí, es imposible salir a la calle el día de Sant Jordi y pasear tranquilamente, mirar libros, elegir, disfrutar. Y no sólo por el exceso de gente, sino también por el exceso de libros.
Y es que el exceso de oferta es una putada. Si hay poco, piensas que te estás perdiendo cosas. Pero si hay demasiado no puedes abarcarlo todo y te quedas paralizado. Me pasa con la comida (si hay demasiada, se me cierra el estómago y no comería nada de nada) y me pasa con los libros. Demasiados libros es como demasiada ropa: o te gusta todo, y como no te lo puedes comprar todo te frustras un montón y te sientes enormemente culpable por ser tan consumista, o no te gusta nada y te frustras un montón porque crees que nadie comparte tus gustos y nunca encontrarás nada que te satisfaga...

Por eso salgo este día (sí, creo que merece la pena comprar libros con cualquier excusa, a pesar del gentío) con mi lista ya hecha. He vuelto a casa con mis libros atípicos, nada mediáticos, meditados. Primero me he comprado El Gran Vidrio del escritor mexicano Mario Bellatín, experimental y breve. También un “tocho” de sociología de Pierre Bourdieu que me llamaba la atención, La distinction, subtitulado Critique sociale du jugement. Un librito que no tenía previsto pero al que ya había echado el ojo: El paseante solitario de W.G. Sebald (“En recuerdo de Robert Walser”). Y por último el libro de regalo: El Goloso. Una historia europea de la buena mesa, del conde de Sert, para mi cocinero favorito.

(Efectivamente: el Ganso, como es goloso y tiquismiquis, sólo compra libros en su idioma original, si es posible, y si no queda más remedio porque desconoce el idioma original, traducidos por alguien que le inspire confianza; en el caso de la cosecha de hoy, Miguel Sáenz).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quina fotografia tan bonica!

Anónimo dijo...

Gràcies! Em va sorprendre al veure la foto el potet de la dreta... Oi que sembla pintat?

elita dijo...

El dia de Sant Jordi no vaig poder ni respirar, els llibres van passar a segona plana, un non-stop d'aquells que ni et deixen recordar en quin dia som. Pel que vaig sentir a la ràdio al dia següent, una part de mi va respirar fons i va pensar que després del dia que vaig tenir, només m'hagués faltat anar a passejar "tranquil·lament" pel centre de Barcelona. Ja no té aquell punt màgic, sant Jordi... Al dia següent vaig anar ben relaxada a fer-me el regalet amb una mica de retard. Jo em vaig decantar per dos orientals, els grans Yukio Mishima i Murakami.

Petonets.