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Todo ahora
Bien tibio
Bajo tu abrigo leve
Casi sólo de bruma y de bordado,
Nieve, señora misericordiosa.
Desnudos, recostados
Contra tu cuerpo, duermen
Los seres y las cosas, y tus dedos
Con su claridad velan sus párpados cerrados.
Yves Bonnefoy, Principio y fin de la nieve,
traducción de Jesús Munárriz.
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