30.7.09

HAIKI DE FORMENTERA (Y 4)



Sube la luna
y se queda colgada
detrás del pino











(Cada noche se escondía un astro como una bola roja tras la punta de la Gavina y la gente se reunía en el Mirador de la Mola para verlo morir (sólo por un día) envuelto en un sudario morado, naranja y amarillo, con el estanque de plata del mar a sus pies y los negros recovecos de la costa donde viven las medusas enmarcando las estelas de los barquitos.

Cada noche salía un planeta disparado hacia el cielo desde la punta de Sa Creu, en la Ensenada de la Tramontana, y en su trayectoria vertical ascendente se iba volviendo más luminoso, más blanco, como una señal equívoca, un faro en la negritud del cielo.

Cada día un satélite empezaba su recorrido celeste mucho antes de que la luz se hubiese apagado y hubieran aparecido las estrellas, blanco, algo achatado por un lado, cada día más redondo y más perfecto.)

29.7.09

HAIKI DE FORMENTERA (3)





El cormorán
se lavaba las alas
entre las olas










(Animales molestos: medusas, mosquitos.

Animales indefensos: un pajarillo caído del nido.

Animales curiosos: lirones, lagartijas.

Animales con nombre: el gato de Klaus, el gatito negro del Còdol Foradat.

Animales alados: los gorriones que piaban sin cesar, las gaviotas que hablaban entre sí en pleno vuelo, el cormorán que se bañaba en el mar.)

28.7.09

HAIKI DE FORMENTERA (2)




En la piscina
música veraniega:
una cigarra.














(Junto a la piscina crecía un almendro, dos sabinas, y por encima de la tapia que la separaba de la casa asomaban las flores de un rosa estallante de una enorme azalea, junto al tejado con sus tejas onduladas. Allí sólo se oía el runrún del motor de la piscina que renovaba el agua, las cigarras aposentadas en las sabinas con su matraca incesante, el agua de la piscina que chapoteaba contra los baldosines azules, donde morían algunas avispas, el ladrido de algún perro de otra casita blanca en las inmediaciones, el motor de algún coche, algunas risas, algunas voces lejanas que venían de la casa Laxmi, o de la Casa Nueva, o de la casa Loma).

26.7.09

HAIKI DE FORMENTERA (1)



Acantilados
donde viven las olas
y las medusas











(La casa blanca estaba en lo alto del acantilado, en una calle cuidadosamente trazada donde se alineaban los perfectos jardines, todos de cara al mar. El mar era azul, tranquilo y bello. De vez en cuando pasaba un barquito pequeño con una vela blanca. La brisa agitaba las ramas del pino y la palmera y aventaba el perfume humilde del romero.

Bajando hacia las rocas el azul prístino del mar quedaba algo empañado y se veía que no era tan perfecto, porque en la zona rocosa entre tierra y mar se escondían algunos peligros pequeños: erizos, medusas, apenas un mal rato, un feo inconveniente, no una amenaza para la vida, desde luego, pero la perfección ya se había roto).